"¿Por qué volvéis a la memoria mía...?" (José de Espronceda)
El cuarto siempre es el mismo, luz tenue que por épocas se nubla hasta hacerse casi etéreo y en otras te seduce, te apresa. Hoy abrí la puerta y allí están de nuevo en el guardarropa los que un día vistieron mi piel. Pequeños trozos de tela que muestran las danzas de los cinco sentidos en las estaciones.
El de encajes y tules, ese de olor a inocencia, sabor a descubrimientos, la cuna de los matices. Ese en donde no hacía frío, no faltaban brazos, donde el miedo se calmaba con el tacto, donde siempre había luz..
¡Oh el de estampados de rosas! Ese de olor a nerviosas sensaciones, sabor a besos, el nacimiento de Él. Ese en donde los labios quedaron marcados, donde las lágrimas tenían otra razón, donde sentiste tu cuerpo.
Aquel negro… Ese de olor a lluvia, sabor a tierra, el encuentro con la soledad. Ese en donde la brújula dejo de funcionar, en donde las piedras no se distinguían, en donde te lanzan a volar con frágiles plumas.
Ese rojo ajustado con olor a mares, con sabor a lujuria, el encuentro con la mujer. Ese donde las curvas son evidentes, donde el deseo baila en cada paso, donde el labial deja su huella.
Tantas vestiduras, tantos olores, sabores y aun así el cuarto siempre es el mismo, luz tenue que por épocas se nubla hasta hacerse casi etéreo y en otras te seduce, te apresa. Hoy cerré la puerta y me vestí.
1 comentarios:
Buenísima entrada, este blog promete, habrá que estar pendiente ;)
Mil gracias por compartir estas líneas tan llenas de sentido, un placer para mí.
Chapeau!
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